Hoy es domingo y voy a hacer solo lo que me dé la gana. Estoy acostado y así seguiré. Me canso de estar sobre el lado derecho y me pongo boca arriba. Tengo ganas de ir al cuarto de baño, pero no tengo ganas de levantarme. Tampoco quiero hacérmelo en la cama, como los niños.
Por fin me levanto, me siento al borde de la cama y allí me quedo bostezando. Me siento en una banqueta para ver si me vienen ganas de hacer algo. Solo me vienen ganas de ponerme de pie porque el asiento es muy incómodo. Pero una vez de pie ningún deseo viene en mi ayuda.
¿Y así me voy a pasar el domingo? Me pondré a fantasear para ver si me despabilo. Me parece una gilipollez dejar de hacer lo que me dé la gana, que es nada, para empezar a buscar algo que me dé ganas de algo.
Prefiero tomarme una pastilla y que me vengan solas.
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