Un joven estudiante se dirigió al filósofo francés Jean-Paul Sartre, pidiendo consejo.
Debía elegir entre ir a defender a su país frente a un invasor enemigo o quedarse
en casa cuidando a su madre enferma.
Es decir, tenía que elegir entre ser un traidor, abandonando a sus compañeros,
o un mal hijo, abandonando a su madre.
Sartre le dijo que no podía ayudarle: debía decidir por sí mismo
Debía elegir entre ir a defender a su país frente a un invasor enemigo o quedarse
en casa cuidando a su madre enferma.
Es decir, tenía que elegir entre ser un traidor, abandonando a sus compañeros,
o un mal hijo, abandonando a su madre.
Sartre le dijo que no podía ayudarle: debía decidir por sí mismo
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