Alejandro Magno (Magno=Grande) fue alumno de Aristóteles. Vivió poco más de 30 años pero conquistó todo el mundo conocido en aquella época. Una anécdota para describirlo: cuando tenía 16 años, su padre el rey Filipo le ofreció un caballo fantástico pero rebelde llamado Bucéfalo. Le dijo que si lo dominaba sería suyo. Alejandro observo al corcel enfadado y feroz. Consiguió que se pudiera de tal modo que el sol le diera en los ojos. Lo cegó. Bucéfalo se tranquilizó y dejó que el adolescente victorioso montase en el.
Con esa táctica Alejandro también venció a muchos ejércitos, empezando la lucha justamente cuando el sol les diera de cara a los enemigos, para así cegarlos con un sol glorioso que era él mismo. Alejandro destruyó mucho y construyó poco.
Pero al único que Alejandro no pudo vencer fue a Diógenes.
Diógenes vivía como un animal, se burlaba de la autoridad, no quería dinero, comía cualquier cosa, bebía agua del río, vestía con trapos que cosía él mismo, se apañaba con cualquier cosa que se encontraba por la calle ( de hay el actual síndrome de Diógenes) y no le importaba cagar o mear a la vista de todos. Se burlaba de los ricos y se refugiaba en una gran tinaja abandonada para dormir. Decía a quien quisiera oírle y sobre todo a quines no querían, que eran la mayoría, que basta con satisfacer las necesidades naturales para ser virtuoso y por tanto feliz: la sociedad no hace más que crearnos falsas necesidades que nos hacen vivir agobiados y sufriendo por no conseguir lo que vemos lograr a otros.
Algunos decían que era como Sócrates pero en loco.
Un día Alejandro llegó a la ciudad donde vivía Diógenes, quiso conocerle, le dijeron donde estaba el barril o tinaja en la que vivía
Alejandro fue a visitarle, y le dijo: ‘’Puedo concederte lo que me pidas, de modo que dime qué es lo que quieres’’
Diógenes sólo le contestó con un bufido y una risotada, finalmente el cínico contestó: ‘’Bueno, mira, ya que insistes…Sí, hay algo que puedes hacer por mí. Haz el favor de apartarte un poco, porque me estás quitando el sol que yo estaba tomando tan ricamente cuando llegaste’’ Alejandro respondió: ’’por qué soy Alejandro, que sí no, quisiese ser Diógenes ‘’.
Diógenes se quedó tan contento de que el conquistador del mundo no le hubiera conquistado a el.
En esta conversación se pude ver el choque entre 2 poderes: Diógenes tenía poder sobre si mismo y Alejandro poder sobre los demás.
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