La primera autobiografía moral e intelectual escrita en Occidente fue la de Aurelio Agustín
Fue un joven muy inteligente, apasionado y sensual. El amor de las mujeres le ocupó más o menos desde los 15 años. Pero a los 30 años abandona la pasión sexual, se desprende de los estudios clásicos y de sus primeros maestros, entre ellos Cicerón, y se dedica a la defensa e ilustración cristiana. Esto lo sabemos porque los cuenta en sus Confesiones, que es el nombre de su autobiografía, en ella también plantea el tema del tiempo. Una cuestión que parece fácil,
¿Hay algo que nos sea más familiar que el tiempo?
‘’El tiempo’’ si no me lo pregunta, sé lo que es; si me lo preguntan, no sé que es.
Para el, el único tiempo real es el presente, porque el pasado es el presente que fue y que recordamos y el futuro es el presente que esperamos o proyectamos.
También debatió el tema de que si todo lo que existe es bueno (pero relacionaba lo bueno con el Supremo Bien, cosa que para mi… en fin…)
Decía que mientras las cosas son como deben de ser, son buenas: pero cuando empiezan a perder realidad, se van haciendo ‘’malas’’. Ej: Un cuchillo ‘’malo’’ es un cuchillo que no corta, o sea, no es un verdadero cuchillo
El mal en sí mismo no existe, sólo es pérdida de realidad de lo que por definición está bien.
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