Nietzsche montó una gorda

Durante mucho tiempo se consideró que el genio era un enfermo a dos pasos de la locura.

No es que Nietzsche tuviera manías sino que termino completamente loco. Se le manifestó la enfermedad tras presenciar un acontecimiento intrascendente.

Un carro volcó en medio de la calle y Nietzsche se arrojó al cuello del animal al ver cómo un cochero azotaba a su caballo como castigo por volcar el carruaje. El genio, totalmente cabreado, se abrazó al animal para defenderlo, gritando todo tipo de disparates ante la mirada atónica de los viandantes. La hipótesis sobre la causa de su demencia se atribuyeron durante mucho tiempo a una sífilis avanzada, pero algunos de los síntomas que padecía no parecen corresponder a esta enfermedad. Varios investigadores modernos han creído entender que la causa no estaba fuera, sino dentro: habría sido la propia mente del filósofo, atribuida por las paradojas, las oscuras dudas y las certezas deslumbrantes, la que desertó la realidad.

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