viernes, 6 de febrero de 2015

Programando con Ockham

Hoy contamos con la colaboración de José Díaz, estudiante de Filosofía en Madrid.

Guillermo de Ockham fue un filósofo, lógico y fraile inglés, que nació en Ockham entre 1280 y 1288 y murió en 1349. Como lógico y fraile obtuvo muchos avances, pero sin duda su descubrimiento más significativo es su principio de economía, más comúnmente conocido como la "Navaja de Ockham". Su enunciación es la siguiente:

"En igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la correcta".
Es decir: en el caso de haber varias explicaciones para resolver un problema, la más sencilla tiene más probabilidades de ser la que lo resuelva.

En el siglo XIII no existían los ordenadores, ni siquiera con Ms-DOS, así que es evidente que Ockham no enunció su principio de economía pensando en la programación informática, pero ambas cosas están más relacionadas de lo que a primera vista pueda parecer.
Pasamos a la informática, finales del siglo XX. Con el nacimiento de los lenguajes de programación de alto nivel, se crea una necesidad de expresar lo que queremos que el sistema informático haga, de la forma más sencilla posible. Impera una necesidad de crear un código limpio, que facilite su corrección y edición posterior, y sencillo. La sencillez, sin sacrificar la eficiencia, tiene varias ventajas en programación: evita errores y, en caso de que haya fallos, facilita la labor de buscarlos y eliminarlos.

En la gran mayoría de lenguajes de programación se utilizan las llamadas funciones, algo así como cajas negras: entra una información A, y sale un resultado B. Se podría establecer una analogía con su homónimo en matemáticas, pero las funciones informáticas van más allá. Por ejemplo: la función printf ("Hola"); hará que se muestre en pantalla la palabra Hola (en lenguaje C). Esto nos lleva a encontrar múltiples soluciones para un mismo problema: un programador que quiera que su programa realice determinada tarea puede utilizar las funciones adecuadas de una forma concisa, o puede enredarse poniendo muchas más funciones de las necesarias, con el consiguiente riesgo de error. Y aquí es donde aparece el principio de economía que mencionaba al principio: "en igualdad de condiciones, la solución más sencilla suele ser la correcta".

Y así es como Guillermo de Ockham, siete siglos antes del primer ordenador, formuló un principio que hoy es un dogma de la programación informática.


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