domingo, 26 de mayo de 2013

Wittgenstein amenazó a Popper con un atizador

Un viernes de 1946, el Club de Ciencia Moral de Cambridge celebraba su reunión semanal de profesores y alumnos de Filosofía. El invitado era Karl Popper. El presidente del club era Ludwig Wittgenstein, y entre los asistentes, Bertrand Russell.
 
El tema de la reunión era: "¿Existen problemas filosóficos?" Popper enumeró una serie de
problemas filosóficos reales. Wittgenstein los rechazó todos mientras agitaba nerviosamente el atizador de la chimenea. Según Popper ‘’lo utilizaba como un director de orquesta utilizar la batuta, para enfatizar sus opiniones’’

Cuando surgió una cuestión sobre el estatus de la ética, Wittgenstein le desafió a presentar un
ejemplo de ley moral. Popper dijo: "No amenazar a los conferenciantes invitados con un atizador". Entonces Wittgenstein, furioso, arrojó el atizador al suelo y salió dando un portazo.
Wittgenstein se había perdido por el camino, confundiendo los fines con los medios: los hechos con las palabras, en tanto que Popper insistía en que los hechos son cruciales
y que todavía existen problemas filosóficos. La disputa venía de Viena. 

Popper fue el primero de su generación vienesa que atacó el positivismo lógico, que desde el principio le pareció absurdo.
En cambio, Wittgenstein, siguiendo la pauta de los positivistas, fue un paso más allá y se dedicó a estudiar el lenguaje, que es la herramienta de la filosofía occidental. Es como si el carpintero en vez de hacer la mesa, se pusiera a arreglar la sierra. A eso llegó la filosofía antes de reconocer que "de lo que no se puede hablar, es mejor callarse".

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