domingo, 9 de septiembre de 2012

Saber y Saberlo todo

Tiene que haber una pizca de verdad común en todas las escrituras. Pero la gente se obceca tanto en ver las diferencias que no encuentra las semejanzas que podrían guiarnos hasta la verdad común.
Queremos saberlo y saberlo todo, vamos descubriendo cosas y avanzamos, pero, ¿qué pasaría si llegáramos a la verdad final y no estuviéramos preparados para saberla? o a lo mejor la sabemos pero no estamos capacitados para darnos cuenta de que ya hemos llegado, pero también cabe la posibilidad de que lleguemos y nos decepcionemos.

Es como cuando te regalan una caja, la abres buscando un regalo, y dentro hay otra caja y la vuelves a abrir, y dentro de esta hay otra caja, y vas abriendo cajas sin parar, porque esperas encontrar algo al final. Pero, ¿y si cuando llegas a la última caja y la abres te encuentras con que está vacía? Sería una decepción, ¿verdad? ¿Y si seguimos buscando esa verdad y luego nos decepcionamos? Tendríamos un sentido de vacío en nosotros, sentiríamos tristeza. Mientras que sin saber esa verdad estamos con la incertidumbre de decir ¿qué será? y seguimos buscando. Y eso es el motor que nos mueve, el querer saber y saberlo todo. Pero ¿cuándo lo sepamos todo que pasará? ¿De verdad estamos preparados? 

Lo de ser mortales está bien, ya que si fuéramos inmortales y viviéramos para siempre nuestro cerebro no podría soportar tantos recuerdos, nos volveríamos locos. La memoria es lo que nos hace personas, alguien que pierde la memoria pierde su identidad, si, sigue siendo persona, eso está claro, pero solo físicamente.

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