Kant, era un hombre con muchas costumbres y muchas veces era muy exagerado con ellas. Una de ellas era la de caminar todos los días. Después de comer, daba un paseo y elegía siempre el mismo recorrido. Lo daba por las mismas calles, en el mismo sentido y tratando de que fuera el mismo tiempo de duración siempre.
Le gustaba terminar su paseo en la misma taberna, siempre en la misma, donde pedía una cerveza y se comía una salchicha. Pero Kant no contaba con que un día el dueño de la taberna le dijera que no tenía salchichas.
En ese momento a Kant se le revolvió el estómago invadiéndole un malestar que le impidió dar las clases que siempre daba en la universidad.
Una salchicha fue la culpable, pero podría ir más lejos, y es que Kant jamás se caso "posiblemente" para mantener el estilo de vida y las costumbres que tenía.
Le gustaba terminar su paseo en la misma taberna, siempre en la misma, donde pedía una cerveza y se comía una salchicha. Pero Kant no contaba con que un día el dueño de la taberna le dijera que no tenía salchichas.
En ese momento a Kant se le revolvió el estómago invadiéndole un malestar que le impidió dar las clases que siempre daba en la universidad.
Una salchicha fue la culpable, pero podría ir más lejos, y es que Kant jamás se caso "posiblemente" para mantener el estilo de vida y las costumbres que tenía.
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