martes, 12 de julio de 2011

La Enciclopedia: el saber sí ocupa lugar

El saber no ocupa lugar, frase o refrán dicho por muchas personas pero lo cierto es que los libros en mi casa ocupan una gran parte…
La Enciclopedia surgió como una expresión del ansía de conocimiento mostrada por la emergente burguesía europea. Con la Enciclopedia se pretendió poner al alcance del público una obra de divulgación que reuniera todo el saber de la época. El primer intento de redacción de una enciclopedia se realizó en Gran Bretaña por Ephraim Chambers, que en 1728 publicó la Ciclopaedía, o Diccionario Universal de las Artes y las Ciencias, cuya traducción al francés inició, en 1745, el editor Le Breton. Al año siguiente entraron en el comité de redacción Diderot (muy amigo de Rousseau) y d’Alembert, quienes en 1747 asumieron la dirección de la obra. A partir de entonces no se limitaron a traducir el diccionario inglés, sino que pretendían una obra que lo superase en extensión.
Tras varios intentos de censura, en 1765 se terminaron de imprimir los 17 volúmenes del texto y en 1772 veían la luz los 11 restantes que contenían las láminas ilustrativas, obteniendo un gran éxito y una amplia difusión por Europa. Su redacción supuso un ingente trabajo en el que participaron cerca de 130 colaboradores expertos en todas las disciplinas. La Enciclopedia se propuso cambiar la mentalidad de los hombres de su tiempo y es innegable que lo consiguió, ejerciendo como elemento aglutinador y máxima representación de la nueva doctrina.
Esta lámina satírica incluida en la Enciclopedia de Diderot y d’Alambert poemos observa como el ave Fénix renace de las cenizas de la ignorancia, fue una de las primeras imágenes en incluirse en la enciclopedia(por no decir la primera).

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