domingo, 9 de marzo de 2014

Colaboración: Melancolía, Edvard Munch

Me presento soy Jandroche (@Jandroche), un proyecto de filósofo, poeta por infortunio y cinéfilo incontrolable; un amante de la vida y la muerte, de lo bello y lo siniestro y en definitiva tan sólo un hombre.
Primero dar las gracias a Eva por ofrecernos esta oportunidad para expandir nuestras fronteras y sin más preámbulo os invito a leer un breve artículo sobre la obra Melancolía de Edvard Munch:

Web: http://jandroche.wordpress.com/   
Contacto: https://www.facebook.com/jandrocheb

Este es un cuadro de Edvard Munch realizado en 1894 y que se titula ‘Melancolía’.
La obra de Munch está englobada dentro del género expresionista, en el cual el concepto subjetivismo es el protagonista rompiendo con los cánones clásicos. La vida del artista influye notablemente en su obra, su vida rodeada de enfermedad, muerte y soledad recorren cada centímetro de su obra. La muerte de su madre cuando él tenía 5 años, la de su hermana Sofía de 15 años o la muerte de su padre, del cual no pudo despedirse, es algo que dejará secuelas en su obra indudablemente.
En el cuadro observamos a un individuo en estado pensativo, pero que además consta de todos los aspectos melancólicos: personaje cabizbajo con la mirada perdida, ensimismado y absorto en pensamientos muy profundos. Está ausente de todo lo que le rodea y reflexionando posiblemente sobre sí mismo o sobre su mundo, o simplemente en un estado pesimista por la demoledora verdad sobre la insignificancia del hombre frente al cosmos. Su indumentaria es negra, acentuando la idea de sobriedad y soledad que tanto tuvo que sufrir Munch a lo largo de su vida. El personaje está alejado y aislado del resto de personajes que aparecen a lo lejos en el fondo de la obra.
Podemos apreciar en su obra una introspección psicológica, las formas del paisaje son onduladas con gran sensación de movimiento mediante su color y pincelada, usa colores vibrantes. La obra contiene una gran carga simbólica que puede verse reflejada con las pinceladas sinuosas, la forma agitada, como si algo se ocultara detrás, es una proyección del interior del artista. El artista no muestra una proyección óptica de la realidad, sino de su interior y de sus expresiones y sentimientos.
Esta obra nos puede recordar, en cierto modo, a su obra más conocida, El grito, que contiene el mismo estilo de pincelada. Toda la atmósfera parece cargada de simbolismo en torno a la melancolía, y parece que el atardecer y la tristeza del fin del día ayudan a ello. Munch el mismo año que pintó El grito escribió: “Paseaba por un sendero con dos amigos – el sol se puso – de repente el cielo se tiñó de rojo sangre, me detuve y me apoyé en una valla muerto de cansancio – sangre y lenguas de fuego acechaban sobre el azul oscuro del fiordo y de la ciudad – mis amigos continuaron y yo me quedé quieto, temblando de ansiedad, sentí un grito infinito que atravesaba la naturaleza…” Él mismo afirmaba que su tarea era “diseccionar almas” y sinceramente lo consiguió de manera profunda, dota al personaje de la melancolía propia del título.
Este tipo de obras muestra la desconsolación y la tristeza en su estado más puro conocido como melancolía, más cerca de la enfermedad psiquiátrica que de un estado anímico. Este es un breve repaso del concepto a lo largo de la historia. El origen del término melancolía proviene de la Grecia clásica y se remite a melas (negra) y khole (bilis), ‘bilis negra’, según la interpretación científica que se hacía en la antigüedad del funcionamiento de nuestro cuerpo. La melancolía era para Hipócrates uno de los cuatro humores que componían ese cuerpo humano y que se relacionaba con la apatía y la tristeza; para el cristianismo, era asociada a la pereza o a la introspección y puede ser causa de pecado; para el Renacimiento es la enfermedad del genio o del artista; los románticos la asociarán a la soledad de un mundo que se ha quedado sin Dios; el cientificismo de finales del siglo XIX la calificará de depresión o esquizofrenia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario