domingo, 15 de mayo de 2011

“¡Ser o no ser: He aquí la cuestión!”.

“Hamlet” escrita en 1601 es la obra más importante del escritor inglés William Shakespeare
En esta obra el protagonista critica todo su alrededor y por eso es dado por loco, alguien que está “fuera de sí”.
Esto me llama mucho la atención, es algo muy habitual. Cuando alguien comienza a criticar nuestra forma de relacionarnos, de vivir y de sentir, lo primero que hacemos es darlo por “raro”, por alguien que no sabe nada, y que solo critica porque es “un resentido social”. Pero, ¿de verdad es así? ¿No tendrán éstos “resentidos sociales” algo importante que decirnos?
El cómo estamos llevando nuestra sociedad nos debería hacer preguntarnos el porqué éstos “locos” (que probablemente son “algo” más sensatos que varios de nosotros) critican nuestra vida diaria.
Y aquí surge el gran cuestionamiento de Hamlet, “el ser o no ser”, el vivir o morir, el seguir o detenerse y dejar que todo continúe pero sin nosotros.
Hamlet ha sido considerado un personaje filosófico, sus ideas eran relativas (como las de los sofistas, que decían que no hay verdades absolutas) Un ejemplo de existencialismo en el «ser o no ser», Hamlet utiliza «ser» para referirse a la vida y a la acción y «no ser» para la muerte. Las ideas filosóficas encontradas en Hamlet son muy parecidas a las del escritor francés Michel de Montaigne, contemporáneo de Shakespeare.
Habitualmente se piensa que expuso este cuestionamiento sosteniendo en la mano una calavera. Pero realmente lo que aguantaba era un libro.

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