viernes, 1 de mayo de 2015

El Holocausto y Platón

’’Sin embargo, yo creo en algo que he escuchado cierta vez: Leoncio, hijo de Agayón, subía del Pireo bajo la parte externa del muro boreal, cuando percibió unos cadáveres que yacían junto al verdugo público. Experimentó el deseo de mirarlos, pero a la vez sintió una repugnancia que lo apartaba de allí, y durante unos momentos se debatió interiormente y se descubrió el rostro. Finalmente, vencido por su deseo, con los ojos desmesuradamente abiertos corrió hacia los cadáveres y gritó: ‘’Mirad, malditos, satisfaceos con tan bello espectáculo’’
439-440 a Platón la República.

No hay que olvidar que la obra de la República de Platón transcurre mientras Sócrates está hablando con uno de los hermano de Platón, Glaucón, mientras vuelven del Píreo, el puerto de Grecia, ya que venían de un acto religioso, en concreto, la fiesta de Bendis.

Me gusta este pasaje porque él cree en algo que ‘’he escuchado cierta vez’’, y, en la República todo recae en el sentido de la vista y cada vez que se oye es preciso que Sócrates enfatice a dar crédito a lo que se oye, porque lo que se oye no es tan digno como lo que se ve, la idea de bien no se oye, sino que se ve.

‘’Pireo’’ aparece con el artículo indeterminado ‘’subía del Pireo’’ con el articulo indeterminado significa que está subiendo desde el puerto de Atenas.

Sin embargo, si pusiera ‘’subía de Pireo’’, significaría que subía del más allá, en Grecia, a las afueras de la ciudad tenían como unos muros donde dejaban los cadáveres.

Pero Leondio no sube de Pireo sino del Pireo, La República se habla allí en el Pireo, pero Leoncio no puede subir a la idea del bien, y este hombre, Leoncio viene simplemente desde el puerto de Atenas, porque no tiene la capacidad de llegar hasta lo privado, no tiene la racional del alma tiene las otras dos partes, pero la racional no.

’’cuando percibió unos cadáveres que yacían junto al verdugo público’’ estos cadáveres que ven no son unos cualesquiera, son unos que la comunidad política ha mandado exterminar, que se llevaban a la otra parte del muro, que es la parte de la ciudad donde menos expuestos estaban al calor para que se pudrieran menos, pero la vista de los cadáveres supongo que sería parecida a las imágenes del holocausto de cadáveres amontonados.

Leoncio quiere ver los cadáveres en descomposición. Y supongo que el código interno de la República dice que uno de esos es Sócrates, que es ejecutado por el verdugo público, ya que es ejecutado por la ciudad cuarenta años después de la Republica.

Leoncio quiere ver esos cadáveres, nosotros apartaríamos la vista, ¿Leoncio sería como un juez que tiene que mirarlos para poder juzgar?

Leoncio experimentó el deseo de mirarlos, pero a la vez experimentó una repugnancia (que es la parte del coraje que se corresponde con los guerreros) hay algo en Leoncio que es más o menos noble.

En el Fedón se dice que cuando Sócrates va a morir se cubre el rostro de acuerdo con las convenciones de los griegos, que pensaban no se debe ver el rosto de un cadáver. Esto tendría que ver con la última frase irónica, ya que los cadáveres no son bello espectáculo, es una categoría estética y ética, se sugiere que hay determinadas cosas que no se deben ver.

El Pireo, puerto de Grecia
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