miércoles, 10 de julio de 2013

Algún día... O tal vez... en un sueño

Quiero pensar que no me importa para quitármelo de la cabeza, pero lo cierto es que si me importa y más de lo que creía, pero de ilusión también se vive. Pero todos sabemos que es más importante el dinero que la ilusión, aunque la ilusión no se puede comprar con dinero.
Será mejor quitárselo de la cabeza y dejarlo aparcado a un lado, pero solo por un tiempo, porque a veces las cosas no vienen cuando las planeas, sino cuando es el momento, ese momento que lo ves todo a tu favor, que sabes que no se volverá a repetir, cuando notas esa sensación de que es el momento ideal, aunque no lo tuvieras planeado para ese momento y lo tuvieras planeado para dentro de más tiempo. Pero a veces también cuando es el momento ideal todo se viene abajo, pero puedes continuar con la esperanza de que se repita otro momento como ese, aunque no sea igual de perfecto, pero por lo menos parecido.
Lo mejor será quitárselo de la cabeza, así dejará de ilusionarme y de hacerme daño, porque la esperanza es lo último que se pierde o eso dicen, aunque pienso que es lo primero que se debería de perder, la esperanza lo único que hace es daño, ya que ilusiona falsamente a las personas, y no quiero seguir siendo víctima de esa falsa esperanza.
Lo mejor será guardar todo lo que me recuerde a ello, pero aunque lo guarde todo seguirá estando dentro de mí, porque lo siento más que nadie.
Seguiré imaginando cuando camino por la calle, seguiré dibujando en mi cuaderno, seguiré apuntando cualquier idea que crea que sea idónea para ese momento especial. Y algún día llegará, con apoyo o sin apoyo pero llegará, porque en la vida solo tengo dos ilusiones y esa es una, y lucharé por ella. Tal vez me lo tome demasiado en serio o lo vea desde otro punto de vista que el resto.
Pero aunque sea sola, lo haré, antes o después, con o sin ayuda. Ahora es el momento idóneo, pero también hay que decir que no a los momentos idóneos. Ya sabéis chicos, el dinero es lo principal, la ilusión queda en último plano.
Pero puedo imaginar, imaginar es gratis, y total… cuando estoy dormida, cuando lo sueño, es igual de real que en la realidad, así que me conformaré con imaginarlo y soñarlo cuando duerma, tengo que aprovechar que es gratis.
El mundo es imperfecto, pero podemos soñar con cosas perfectas. Y si, me afecta más de lo que creía, porque no he podido evitar soltar varias lágrimas.
Tal vez es de rabia, ya que hay dinero para lo que se quiere, para esas cosas que no valen para nada y que nadie tiene ilusión por ellas, si, para eso si hay dinero.
Sinceramente, nunca he pedido nada, pero creo que eso me lo merezco, pero supongo que no todo el mundo lo ve igual. Ojalá tuviera un poco más de apoyo, o de dinero. O quizás teniendo mucho dinero tampoco lo conseguiría, quien sabe…
En fin… me voy a continuar estudiando, que si suspendo, las segundas matriculas son más caras, y eso si vale dinero, y me puede caer bronca, aunque tenga beca. Aunque no me dedique a otra cosa que a estudiar, aunque lleve dos meses sin ver la luz del sol para conseguir un triste 6, porque soy tonta, porque me cuesta, pero porque estoy luchando por ello. ¿Pero qué más da? Eso nadie lo ve, porque el esfuerzo no vale dinero, si valiera dinero seguro que todo el mundo lo valoraría.
Algún día… Algún día… O tal vez… en un sueño…


2 comentarios:

  1. Lamentablemente, estudiando nuestra carrera, todo esfuerzo se valora poco. Pero elegir esta carrera significa que somos demasiado tercos como para anteponer la rentabilidad a nuestra vocación. Lástima que para llevar ésta a cabo dependemos del maldito dinero. ¡Qué asco!
    Un beso!!

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  2. Princesa: te voy a contar un cuento -haciendo honor a lo que os enseñaba en clase para los comentarios- resumido; un cuento de Ciro Alegría, una leyenda de los Andes, que puse para comentar en el último examen de este curso para alumnos de PQPI de Vallada. "De cómo repartió el Diablo los males por el mundo". Dice, aproximadamente, que el Diablo se dedicó a vender males por el mundo, envueltos en paquetes más o menos grandes, para que los hombres se hicieran daño entre sí. Y claro, como somos como somos, se vendían los más grandes y vistosos. Los hombres querían perjudicarse en cantidades industriales. Sin embargo, tenía un paquetito pequeño que nadie compraba, porque era muy caro. Ese paquete contenía un mal llamado desaliento. El Diablo decía que, con ese mal, los tenían todos; pero que sin ese, no tenían ninguno. Los hombres se burlaban del Diablo, y le acusaban de quererlos estafar, cobrando tanto por un mal tan pequeño que en realidad -pensaban- no servía para hacer daño a nadie. Así que el Diablo, encolerizado por las burlas de los hombres, esparció gratis el contenido de ese paquetito por el mundo: "Así fue como el Diablo hizo mal a toda la tierra, pues sin el desaliento ningún mal podría pescar a un hombre…"

    Sé que es duro, sé que don Diablo es poderoso, pero los hombres inventamos las vacunas. El hecho de que sigas soñando hace que crees anticuerpos contra el desaliento. Y cuando tenemos anticuerpos, nos libramos antes de las bacterias que nos atacan.

    Si quieres leer el relato íntegro -es un cuento corto, no te llevará mucho tiempo- aquí tienes un enlace para que lo encuentres enseguida.

    http://bibliopequeitinerante.blogspot.com/2013/06/leyenda-de-los-andes-de-como-repartio.html

    Besos, princesa :*

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