Apeles, es el pintor más ilustre de la
Grecia clásica era muy exigente y crítico con su obra. Por eso solía exhibir
sus cuadros en la plaza pública y se escondía detrás de ellos, así escuchaba
los comentarios y críticas de los que observaban el cuadro.
Una vez, un
zapatero se fijó en uno de sus cuadros y criticó con burlas la gran anchura de
una sandalia en un retrato de cuerpo entero.
Apeles
aceptó el comentario y corrigió el defecto. Al día siguiente, el zapatero
volvió a pasar y, al darse cuenta de que había corrigió el error, empezó a
criticar el resto del cuadro. El pintor, indignado, salió de su escondite y
dijo la tan conocida frase ‘’ Zapatero, a tus zapatos’’.
Hoy en día
la utilizamos con el mismo sentido, para decirle a alguien que no opine sobre
lo que no entiende.
Apeles también
hizo comprender a Alejandro Magno que hablaba de pintura sin conocimiento y le
dijo que hacía reír hasta a los ayudantes que preparaban sus colores
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