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miércoles, 24 de diciembre de 2014

Mi amiga dice que me encantan los cotilleos filosóficos

Y lo cierto es que si, pero no es que me encanten, es que los considero importantes. Que me gusten los cotilleos filosóficos tiene su explicación: Cuando voy a estudiar a un autor nuevo lo primero que hago es leerme su biografía, así se me hace más fácil entender su pensamiento, al igual que también leo siempre su contexto histórico. Manías de cada cual a la hora de estudiar.

Otra cosa que hago y que a otros les parece mal, y que ya he comentado varias veces es: antes de leerme una obra, en lugar de entrar directamente a la obra cojo algún manual que me explique las ideas que voy a encontrar en ese libro. Y una vez que he interiorizado eso ya considero que estoy en condición de ponerme a la tarea de leer el libro. Si no hago este procedimiento tengo comprobado que hay cosas que paso por alto, que no le doy la importancia que tienen o que no entiendo.

He encontrado a gente que está en contra de este proceso a la hora de estudiar porque consideran que ‘’ya te han contado el cuento’’ es decir, esa tarea de extraer lo que te cuenta el filosofo lo tienes que hacer tu mismo, lo otro es irse por el camino fácil. Tienes que interpretar tú al filósofo, dicen.
Pues bueno, tal vez me iré por el camino fácil, pero es que así lo entiendo mucho mejor y lo que yo quiero es entender lo que dice el filosofo realmente, no mi interpretación sobre el filósofo. Tal vez si tuviera todo el tiempo del mundo si que leería primero la obra para ver que entiendo de entrada y luego comparar con lo que se dice realmente, pero no es mi caso, yo no tengo todo el tiempo del mundo. Así que… Biografía del autor, contexto histórico, una ayuda con sus ideas y… ¡a empezar a leer! Lo bien que me lo paso haciéndolo y lo que aprendo no me lo quita nadie.


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