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martes, 23 de diciembre de 2014

La torpeza física de los Filósofos

Físicamente hablando los filósofos de la torpeza quedan representados por Montaigne, Kant, Hegel, Mill, Russell y Broad.

Montaigne: su padre tenía una tremenda agilidad física, cosa que su hijo no heredó. Montaigne dice que casi todo el mundo le ganaba en todo menos en correr, reconoce que no pudieron enseñarle nada de música, ni de canto; tenía mala voz. Su habilidad era muy leve para la danza, la pelota y la lucha. Además, era absolutamente nulo para la natación, esgrima y salto de longitud o de altura. Sus manos eran torpes, no reconocía su propia letra y prefería volver a escribir lo que había escrito antes que ponerse a descifrarlo. Reconoce que no leía bien, se consideraba una losa para sus oyentes. Era imposible que cerrara correctamente un sobre, que cortara una pluma, sirviera en la mesa, ensillara un caballo o liberara a un pájaro.

Kant: según su discípulo Wasiansky ‘’La habilidad intelectual de Kant sólo era comparable con su torpeza manual’’, controlaba la pluma, pero no el cortaplumas.

Hegel: estaba seguro de su superioridad filosófica respecto a Kant, pero en torpeza no estaban tan lejos, su hermana nos cuenta que también era carente de agilidad física, eso de bailar no se le daba nada bien, pero por lo visto no tenía sentido del ridículo porque dice que disfrutaba bailando.

John Stuar Mill: en su autobiografía reconoce que  tardó mucho en vestirse solo y a aprender a hacer un nudo, no pudo pronunciar la letra r hasta los dieciséis años, nunca pudo hacer nada que requiriese destreza manual. Reconoció que era muy distraído, su padre le decía que era carente de órganos sensoriales, sus ojos y oídos parecían carentes de utilidad, ni veía ni oía lo que tenía delante de él. Pero pese a su torpeza era un virtuoso al piano.

Russell: nunca sabia que hacer si había una emergencia doméstica. Siempre tomaba su té a las cuatro, pero un día su esposa tuvo que salir y antes de irse se lo dejó todo preparado, la tetera, la taza, el plato, y le puso las instrucciones en la pizarra de la cocina de lo que tenía que hacer. Pero cuando ella volvió Russell se encontraba indispuesto y el té por hacer.

Broad: su sentido del tiempo era defectuoso, nunca pudo llevar el ritmo de la música, odiaba cualquier tipo de ejercicio. Le apasionaban los trenes de juguete pero era incapaz de practicar ningún juego ni ningún deporte. No sabía ni bailar, ni patinar, ni esquiar, ni nadar bien, ni remar, ni jugar al tenis, ni al críquet, ni al golf, ni navegar, ni conducir... el miedo siempre le aferraba antes de empezar.

Todos tenemos cosa buenas y malas, todos tenemos defectos, pero los defectos no son impedimentos para poder ser alguien en la vida. En los Filósofos sus defectos perfectos causaban efectos. Y eso que hay de especial en nosotros es lo que nos hace diferentes. Tal vez lo perfecto es ser imperfecto.

*Si conoces más torpezas de algún filósofos no dudes en comentarla y la añadiré


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