Casi todos los filósofos hablan del sentido de la vista, o del sentido racional, el sentido común, (aunque sea el menos común de los sentidos).
Pero, ¿cuál es vuestro sentido? El que más utilizáis, el más infalible…
Os contaré algo que nunca os he contado. Yo, cuando era pequeña, cuando aún iba al colegio, tenía una gran manía. Tenía que oler todo lo que pasara por mis manos, absolutamente todo, hasta que se volvió una necesidad. Pero llegó un momento en que esta manía no me dejaba vivir, me pasaba el día oliéndolo todo, incluso no podía dormir, veía las cosas y me tenía que levantar a olearlas.
Al final se convirtió en algo exagerado y de mala educación, ya que no podía ir por la vida oliéndolo todo. Pero ya sabéis que las manías no las curan los médicos, así que mi madre decidió poner remedio y, cada vez que olía algo me daba un golpe en la mano, y así hasta que logró quitarme esa manía.
Ahora la manía la tengo superada, aunque confieso que alguna que otra vez huelo las cosas a escondidas, pero consciente de que no puedo volver a empezar con esa manía, así que me tengo que contener.
Como estuve tanto tiempo oliéndolo todo, esto ha desembocado en que desarrollé el sentido del olfato más de lo normal.
Puedo adivinar de que tienda son los regalos, lo último que has tenido entre manos, lo que has comido, o el material del que están hechas las cosas, incluso hay veces que adivino quien acaba de pasar por la calle o quien ha subido al ascensor, Algunas de estas cosas son evidentes y todo el mundo puede hacerlas, pero sé que lo mío va a un nivel más y los que están a mi alrededor lo saben. Nada más subir a un coche se lo que han bebido o si han cambiado de ambientador o si acaban de lavar la ropa, y es que en mi vida los olores están muy presentes. Por lo tanto se que yo no podría vivir sin el olfato.
Sin embargo soy un desastre para encontrar mi perfume o mi colonia adecuada, llevo años oliendo y oliendo y ninguno me termina de convencer. Tan solo estas dos que os muestro a continuación, que es el perfume que utilizo y el ambientador para mi habitación o mi armario. Aunque sigo buscando mi perfume adecuado, pero este por lo menos me convence casi por completo.
Lo que me ocurre con las olores es algo sinestésico, cuando las huelo me teletrasnportan en el tiempo y recuerdo cuando era muy pequeña, incluso cuando era un bebé, el olor del colegio, de la biblioteca… Sé que hay personas que le ocurre esto pero con la música, pero a mí solo a través del olfato, así que tengo claro que es mi sentido y que puedo decir perfectamente la expresión de: ¡Me lo huelo!
Aquí os dejo un aforismo de Nietzsche, el filósofo que defendió el olfato.
¡Y qué afinados instrumentos de observación son para nosotros nuestros sentidos! Por ejemplo, esa nariz, de la que ningún filósofos ha hablado nunca con veneración y reconocimiento, es hasta este momento incluso el más sensible de los instrumentos que están a nuestra disposición: es capaz incluso de registrar diferencias ínfimas de movimiento que ni siquiera registra el espectroscopio. Hoy en día nosotros poseemos ciencia en la medida en que nos hemos decidido a aceptar el testimonio de los sentidos, -en la medida en que hemos aprendido a aguzarlos, armarlos, pensarlos hasta el final. El resto es un aborto, algo que aún no es ciencia: quiero decir, metafísica, teología, psicología, teoría del conocimiento. O bien, ciencia formal, teoría de los signos: como al lógica o bien esa lógica aplicada, la matemática. En ellas la realidad no llega a presentarse, ni si quiera como problema, ni tampoco la cuestión de qué valor tiene en general esa convención de signos que es la lógica.
Así que os pregunto: ¿Cuál es vuestro sentido? Os invito a participar en la encuesta de la izquierda que estará activa hasta diciembre.
Pero, ¿cuál es vuestro sentido? El que más utilizáis, el más infalible…
Os contaré algo que nunca os he contado. Yo, cuando era pequeña, cuando aún iba al colegio, tenía una gran manía. Tenía que oler todo lo que pasara por mis manos, absolutamente todo, hasta que se volvió una necesidad. Pero llegó un momento en que esta manía no me dejaba vivir, me pasaba el día oliéndolo todo, incluso no podía dormir, veía las cosas y me tenía que levantar a olearlas.
Al final se convirtió en algo exagerado y de mala educación, ya que no podía ir por la vida oliéndolo todo. Pero ya sabéis que las manías no las curan los médicos, así que mi madre decidió poner remedio y, cada vez que olía algo me daba un golpe en la mano, y así hasta que logró quitarme esa manía.
Ahora la manía la tengo superada, aunque confieso que alguna que otra vez huelo las cosas a escondidas, pero consciente de que no puedo volver a empezar con esa manía, así que me tengo que contener.
Como estuve tanto tiempo oliéndolo todo, esto ha desembocado en que desarrollé el sentido del olfato más de lo normal.
Puedo adivinar de que tienda son los regalos, lo último que has tenido entre manos, lo que has comido, o el material del que están hechas las cosas, incluso hay veces que adivino quien acaba de pasar por la calle o quien ha subido al ascensor, Algunas de estas cosas son evidentes y todo el mundo puede hacerlas, pero sé que lo mío va a un nivel más y los que están a mi alrededor lo saben. Nada más subir a un coche se lo que han bebido o si han cambiado de ambientador o si acaban de lavar la ropa, y es que en mi vida los olores están muy presentes. Por lo tanto se que yo no podría vivir sin el olfato.
Sin embargo soy un desastre para encontrar mi perfume o mi colonia adecuada, llevo años oliendo y oliendo y ninguno me termina de convencer. Tan solo estas dos que os muestro a continuación, que es el perfume que utilizo y el ambientador para mi habitación o mi armario. Aunque sigo buscando mi perfume adecuado, pero este por lo menos me convence casi por completo.
Lo que me ocurre con las olores es algo sinestésico, cuando las huelo me teletrasnportan en el tiempo y recuerdo cuando era muy pequeña, incluso cuando era un bebé, el olor del colegio, de la biblioteca… Sé que hay personas que le ocurre esto pero con la música, pero a mí solo a través del olfato, así que tengo claro que es mi sentido y que puedo decir perfectamente la expresión de: ¡Me lo huelo!
Aquí os dejo un aforismo de Nietzsche, el filósofo que defendió el olfato.
¡Y qué afinados instrumentos de observación son para nosotros nuestros sentidos! Por ejemplo, esa nariz, de la que ningún filósofos ha hablado nunca con veneración y reconocimiento, es hasta este momento incluso el más sensible de los instrumentos que están a nuestra disposición: es capaz incluso de registrar diferencias ínfimas de movimiento que ni siquiera registra el espectroscopio. Hoy en día nosotros poseemos ciencia en la medida en que nos hemos decidido a aceptar el testimonio de los sentidos, -en la medida en que hemos aprendido a aguzarlos, armarlos, pensarlos hasta el final. El resto es un aborto, algo que aún no es ciencia: quiero decir, metafísica, teología, psicología, teoría del conocimiento. O bien, ciencia formal, teoría de los signos: como al lógica o bien esa lógica aplicada, la matemática. En ellas la realidad no llega a presentarse, ni si quiera como problema, ni tampoco la cuestión de qué valor tiene en general esa convención de signos que es la lógica.
Así que os pregunto: ¿Cuál es vuestro sentido? Os invito a participar en la encuesta de la izquierda que estará activa hasta diciembre.
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