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viernes, 7 de junio de 2013

Colaboración: El Mito de la Caverna actualizado

En esta nueva entrada pretendo mostrar el famoso “Mito de la caverna”,  del filósofo heleno Platón, adaptándolo a nuestros días. Dicho relato es un ejemplo claro del mundo interior y los claroscuros que presenta cada ser humano, siempre atendiendo a las referencias que nos dejó el ojito derecho de Sócrates. Desde luego, con genialidades como esta metáfora, no es de extrañar que Alfred Withehead argumentara la máxima: “Toda la filosofía occidental es una serie de notas a pie de página de la filosofía platónica”. Pues, sin más dilación, procedamos a “actualizar” el mito de la caverna:

“En el fondo de una caverna, se encuentran unos individuos, que encadenados a su desidia intelectual y crítica,  tienen impedido casi cualquier tipo de movimiento, salvo ligeros cabeceos y respingos aislados. Se encuentran visionando un aparato moderno de transmisión de desinformación que les proyecta sombras de ideas y les distraen del difícil hecho de discurrir y analizar. Este aparato proyecta las mismas sombras (Aunque a veces se cuela un haz de luz y un breve colorido en alguna de ellas, con la desaprobación unánime de todos los prisioneros) en todas las cavernas, por lo que los creadores de sombras ya no se encuentran en la estancia contigua, sino que emiten desde un lejano lugar probablemente más iluminado que el fondo de cada caverna, lo que les permite ahorrar en fuego, ya que ya no hace falta que haya un fuego en cada caverna, sino que dicho fuego es sólo uno y se transmite a todas las cavernas. Para estos prisioneros, todo lo que sale de la pantalla es verdad indiscutible, indeformable e inalienable, por lo que todo lo que no muestra la pantalla no entra dentro de sus parámetros de análisis” (Mundo sensible)

 “En un determinado momento, y provocado por un haz de luz que había traspasado a la sombría escena que mostraba la pantalla, un prisionero empieza a retorcerse, e intentando acomodarse a una mejor postura, consigue desengancharse de casualidad de sus cadenas. Conmocionado por la experiencia de poder moverse con soltura, el prisionero avanza a duras penas hacia la siguiente estancia, donde descubre a unos aletargados individuos que no hace mucho compartían con él la misma habitación frente al aparato que mostraba sombras. Al final de la instancia, se vislumbra la salida de la caverna, situada tras una escarpada subida. Ante la jocosidad de sus compañeros en la nueva estancia, que se sienten superiores al resto de lo que conocen por el mero hecho de poder moverse, el prisionero intenta una y otra vez subir la pronunciada cuesta, mientras las risas de los presentes en la sala, que ven inútil el esfuerzo, van en aumento. Tras muchos penosos intentos por superar la pendiente debido al agarrotamiento del cuerpo del prisionero, éste consigue salir al exterior” (Mundo inteligible)
 
“Ya en el exterior, el prisionero se ve cegado por la luz del sol, acostumbrado a una vida en la penumbra. Poco a poco, éste va tomando conciencia del lugar donde se encuentra, de sus características y su contexto. Cuando el prisionero alcanza una idea suficiente de la situación en la que se encuentra, descubre unas pocas personas que, como él, habían conseguido salir de la caverna. Con ellas comparte muchas inquietudes y pensamientos, pasando fugazmente gran cantidad de meses. Durante uno de los coloquios diarios, el prisionero propone transmitir estos pensamientos a aquellos que aún se encuentran en la caverna, lo que genera el rechazo inmediato de quienes comparten con él el conocimiento del lugar. Solo y apesadumbrado, el prisionero recorre numerosos lugares para recabar la máxima información posible para transmitir a los habitantes de la caverna, encontrándose con varios grupos de pensadores a las entradas de distintas cavernas, quienes también le rechazan por sus extrañas ideas.”

“Tras considerar el prisionero que ya posee suficiente información para transmitir, éste regresa a su caverna, y se encamina hacia el fondo de la misma, para hacer entrar en razón a sus antiguos compañeros. La falta de luz en la estancia hace que sus argumentos no puedan ser demostrados, y las pruebas físicas que el prisionero había traído del exterior tampoco, por lo que los prisioneros le ignoran y le toman por loco. Mientras, en la sala contigua, los abotargados moradores que habían conseguido liberarse, pero no escalar la escarpada subida, y alertados por la posibilidad de que su sala iluminada se abarrote, entran en la sala de los encadenados y acaban con el prisionero, entre los vítores de los habitantes del más profundo fondo de la caverna. Y todo vuelve a la normalidad.”

Tras este breve, pero espero que jugoso e ilustrativo relato, aparezco con una nueva frase célebre:
“En semejante mundo en el que todo se cuenta, el arma más fácilmente accesible y a la vez más mortal es la divulgación.”
(Milan Kundera, escritor checo, presentando una exclusiva sobre el nuevo peinado de Sara Carbonero)
Autor de la entrada:  Sokratron Escepticon  Visita su blog: http://escepticon.wordpress.com/

1 comentario:

  1. ¿Cuál es el motivo de que el liberado quiera volver a la caverna llenando sus ojos de tinieblas? El generoso afán educativo. ¿Qué mueve -o mejor inmoviliza- a los prisioneros, remisos a toda ilustración? La pereza y el miedo. Porque una se queda sola cuando asciende...

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