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martes, 12 de marzo de 2013

Los Siete Sabios de Grecia

La lista de Platón de los siete sabios es la más antigua que se conserva,  e incluye a estos:

Tales de Mileto,
Pítaco de Mitilene
Biante de Priene
Solón
Cleobulo de Lindo
Misón de Quene
Quilón de Lacedemonia

Pero el siete es solo un número simbólico, ya que luego encontramos otras listas, que también son siete, pero son nombres diferentes, o más o menos iguales pero cambia alguno.
Los lacedemonios* están excelentemente educados en lo referente a la filosofía y a los discursos, pero si alguien se pone a conversar con uno de ellos encontrará que se muestra algo simplón.
Según Platón los Siete Sabios se muestran simplones si hablamos con ellos, pero en un momento de la conversación, lanzan de improvisto, una frase certera, breve y condensada, de modo que su interlocutor quede desbancado, a la altura de un niño, pronunciar esas frases es tal de un hombre perfectamente instruido.
Esas breves frases memorables que dijo cada uno de ellos y que, reunidos en el templo de Delfos, decidieron ofrecer a Apolo como primicias de su sabiduría, haciendo inscribir a estas, unas que todo el mundo repite: ‘’Conócete a ti mismo’’ ,‘’Nada en demasía’’y ‘’Es difícil ser bueno’’.
Se creía que había existido una estrecha relación personal entre los sabios, sus supuestos encuentros en Delfos, Sardes o Corinto dio motivo literario a obras como el Banquete de los Siete Sabios de Plutarco.

La lista de Platón, coincide casi por completo con la que acabaría convirtiéndose en  canónica. La única diferencia está en la inclusión por Platón de Misón de Quene, un oscuro personaje, incluso la localización de su aldea patria, Quene, era ya insegura, probablemente situada en Laconia
En la lista canónica de los Siete, su lugar lo ocupa Periandro de Corinto.

Es conocida la historia del trípode encontrado por unos pescadores y que el pueblo de Mileto envió sucesivamente a cada uno de los Sabios.
Unos pescadores de la isla de Cos encontraron entre sus redes el trípode de Helena de Troya, la cual lo echó al agua en su viaje de retorno desde Troya a Esparta.
Los pescadores habían vendido por anticipado el contenido de sus redes a unos viajeros de Mileto, pero al encontrar el trípode se negaron a dárselo. De esta forma, estalló una guerra entre Cos y Mileto. Viendo que la guerra no tenía fin, los combatientes acudieron al Oráculo de Delfos, para saber qué hacer con el trípode.
El oráculo mandó que el trípode fuese entregado al hombre más sabio, así que fue entregado a Tales de Mileto. Este rechazó el título y mandó el trípode a Bías de Priene, el cual también lo rechazó y se lo envió a otro miembro del grupo. Al final, el trípode circuló por los siete, y fue dedicado a Apolo.

*Lacedemonio: Los espartanos (también llamados laconios o lacedemonios, del nombre de su región) eran conocidos por su afición a la práctica continua de toda clase de ejercicios físicos. En las lenguas modernas, ‘’lacónico’’ y ‘’laconismo’’ remiten exclusivamente a la sobreidad en el lenguaje a la que aquí se refiere Platón.

1 comentario:

  1. El tema de los patrones (o símbolos) que se repite en los libros de religiones, la Historia, leyendas, etc. es fascinante. Pero prefiero no meterme ahí a riesgo de no perderme con falsedades ;)

    777 :D

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